Hay quienes celebran su 50 cumpleaños con una fiesta con amigos, con un viaje o con una comida en familia. También los hay que se proponen dejar de fumar, empezar a hacer ejercicio o correr un maratón. Este es el caso de Francisco Javier Giménez, que decidió que los 50 eran una buena edad para correr sus primeros 42K. Y no lo hizo en cualquier ciudad. Se fue a la cuna del atletismo, al origen de todo. “Me propuse correr un maratón y elegí Atenas por ser la auténtica, la original”.
Si el debut en maratón siempre es especial, el de Francisco Javier lo sería más si cabe. Tanto, que después de Atenas vino París y en septiembre correrá en Berlín.
De la carrera de Atenas, Francisco Javier se queda con “la entrada y la meta, son espectaculares”. Y también con la cantidad de personas que hay animando durante el recorrido “y ofreciéndote una rama de olivo”. Un amuleto que a Francisco Javier le dio suerte: “Recogí la rama de olivo en el kilómetro 3 y la llevé hasta la meta”. Y más, teniendo en cuenta la exigencia del recorrido. “Me sorprendió el gran desnivel que se sube”, comenta al respecto.
Para Francisco Javier fue una experiencia completa, ya no solo por la carrera en sí, sino también por lo fácil que fue todo durante el viaje. “Sin duda, es una de las mejores experiencias de mi vida”, sentencia.
“El maratón de Atenas hay que correrlo una vez en la vida”
Ana María Sabater fue a Atenas con otro objetivo. Ella no debutaba en maratón, de hecho, ha corrido ya los Six Majors, pero “el maratón de Atenas hay que correrlo una vez en la vida porque es el origen del maratón”.Para una persona como Ana María, con experiencia y que ha recorrido prácticamente los cinco continentes corriendo, el viaje a Atenas fue una vivencia de la que destaca el recorrido de la carrera: “Es único en la salida desde Maratón y la meta en el estadio de Atenas”.
También es singular por la implicación de la población griega y por esas ramas de olivo que acompañan a los corredores y los protegen durante 42 kilómetros. “El recorrido es la historia de una batalla ganada que cambió el curso de la historia de Atenas”, comenta Ana María, quien recomendaría la experiencia en Atenas por correr en lugares emblemáticos como “el camino empedrado donde está la prisión de Sócrates”.
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